Quisiera plasmar por escrito, en breves líneas, mi experiencia

con el fotógrafo de nuestra boda, una elección difícil pero de

las más acertadas.

 

No hay momento que no pensemos antes de nuestra boda que

no podemos fallar con el reportaje, es el día más importante

de nuestras vidas, y cada instante, sentimiento e ilusión tiene

que ser captado para que perdure en el recuerdo toda la vida.

 

Quería sentirme como una princesa de un cuento de hadas donde cada momento de felicidad quedará perpetuado.

Fernando hizo que me sintiera esa princesa, no sólo era nuestro fotógrafo, sino también nuestro amigo, asesor y compañero, que nos guiaba durante toda la ceremonia y nos hacía sentirnos más seguros y menos nerviosos.

 

Él hizo que tanto yo, como mi marido, tuviéramos las mínimas preocupaciones, lo tenían todo controlado, desde el momento que te hacen fotos en tu casa, fotografiando cada detalle, complemento, adorno, hasta el momento de saber cuando tenía que entrar en la iglesia, cuando salir, hacer que los invitados se sintieran también parte importante de ese día siendo fotografiados en todo momento.

 

Todo salió perfecto, tuvimos tiempo de hacernos fotografías con todos nuestros invitados, solos después de la ceremonia, en el banquete a todas horas, incluso regalamos unas fotos a los invitados al acabar el postre que alucinaron con la prisa que se habían dado en imprimirlas. ¡¡Eso fue ya el detallazo final!! 

 

Después del banquete animaron a la gente a ponerse adornos de disfraces y supieron captar la alegría de la fiesta.

¿Qué más puedo decir?

 

Fernando hizo que nuestra boda acabara siendo inigualable, y así lo refleja el reportaje que nos ha dado.

Mª del Pilar Cortés Capilla